Una de las procesiones tradicionales de la Cuaresma es la de Jesús Nazareno de la Buena Muerte, la cual sale de la Parroquia Santo Domingo, en la zona 1 de la capital cada Tercer Domingo de Cuaresma.
Jesús de la Buena Muerte es una imagen de Cristo con la cruz a cuestas, tiene la particularidad que el madero lo lleva sobre el hombro derecho, además su mano izquierda no abraza el madero si no la lleva extendida hacia abajo. Según la Hermandad, la imagen data de 1813.
Desde el año 2019, acompaña a Jesús Nazareno, la imagen de la virgen de Dolores, talla moderna realizada en Costa Rica.
Mientras que la imagen de Jesús de la Buena Muerte es de autor desconocido, posee rasgos estilísticos barrocos, que hacen pensar que la talla sea de esa época. A lo largo del tiempo la escultura ha sufrido grandes transformaciones a consecuencia de los terremotos de 1917, 1918 además del terremoto de 1976, recibiendo así varias restauraciones.
Con el paso de los años el culto a la imagen cobró identidad y estructura que poco a poco fue creciendo, hasta que en el año de 1930 a 1945 las actividades darán inicio desde muy tempranas horas de la mañana.
Fue hasta principios de los años noventa que se restablece el culto hacia la imagen y se organiza la Asociación de Devotos de Jesús Nazarenos, dando inicio en 1998 su tradicional cortejo procesional el tercer domingo de cuaresma.
Su paso procesional está enriquecido con la escuela altarera guatemalteca, donde artistas se dedican a elaborar hermosas alegorías cuyo sentido es visibilizar un mensaje catequético que lleve consigo elementos de fácil comprensión y sencillos en el mueble procesional para llevar el evangelio.
Este año el mensaje está relacionado con la frase y de nuevo vendrá con gloria a juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin. Parte de la profesión de fe a través del credo.
Redacción / Renato Martínez
