La trata de personas, una ruta del dolor

Hace 10 años, Diana salió de su Honduras natal para intentar llegar a Estados Unidos y tener una vida mejor. Ese deseo se convertiría en una auténtica pesadilla al llegar a territorio mexicano. En la ruta entre los estados de Chiapas y Veracruz, Diana cayó víctima de un traficante de personas. «Me decía: vas a hacer esto y si no lo haces te voy a matar, y tenía yo que prostituirme pues él me mandaba y tenía yo mucho miedo. Me acercaba a la ciudad y les hablaba a los señores para venderme».

Diana es un penoso ejemplo de una cruda, ilegal y millonaria realidad compartida en una ruta que va desde Centroamérica, pasando por México y que finalmente llega a Estados Unidos. La vulnerabilidad no solo de mujeres, sino de menores de edad, trabajadores del campo, maquiladoras, minas e incluso de actividades marítimas. Compraventa de seres humanos, así lo ha clasificado la Organización de las Naciones Unidas, pero es conocida comúnmente como trata de personas.

La trata de personas es un «delito invisibilizado»

«Hablamos de que el primer delito es el narcotráfico, el segundo es el tráfico de armas y el tercero es la trata de personas. Sin embargo, es un delito que está invisibilizado. Es decir, la mayor parte de la gente lo identifica con la cuestión de violencia de género», dijo a CNN Olivia Lemus, presidenta de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en el estado mexicano de Tamaulipas.

La situación ha llegado a tal punto que, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas de 2018, la compraventa de seres humanos ha adquirido «dimensiones espantosas». El documento asegura que la explotación sexual es el delito más recurrente, siendo las mujeres y las niñas quienes representan cerca del 70% de las víctimas de trata. Diana lo sufrió en carne propia. «Yo pienso que tienen que hablar, tienen que gritar, pedir ayuda. Yo nunca pensé sobrevivir. De acostarte con una persona por dinero, pues es algo muy triste, sobre todo da asco. Cuando estaban encima de mí, yo lloraba», afirmó en entrevista con CNN.

Karla es otra sobreviviente de trata. Con apenas 12 años fue llevada a un prostíbulo y ahí comenzó su infierno. “Yo era una niña, no estaba desarrollada. Era una niña que no medía más de 1,20 o 1,30, y cuando vi a la primera chica en Puebla, faldita y tacones, fue algo tan impresionante porque no me imaginaba realmente estar ahí”. En su caso, el maltrato estuvo a punto de quitarle la vida. «Me pegaban con palos, me llegaron a romper muchos palos en la espalda, en el cuerpo, me llegaron a casi matar dos veces los clientes, como varias veces mi tratante».

«La mayoría de las veces no se reconoce a las víctimas como tal»

Con engaños y amenazas, los tratantes «enganchan» a sus víctimas, como le ocurrió a Sara. A los 13 años, cuando murió su madre, miembros de su propia familia la obligaron a prostituirse para colaborar supuestamente con los gastos de mantenimiento de su hermana menor. «A base de mentiras fue todo, pero como siempre uno -en su inocencia- se cree todo, ¿no?», dijo a CNN.

Muchos factores influyen en este fenómeno social, como lo explica a CNN la profesora Martha Dena Ornelas, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. «La mayoría de las veces no se reconoce a la víctima como tal. Y ellas viven de eso, entonces no visualizan que es una actividad criminal. Eso impacta en el no acercamiento, también a una dimensión numérica sobre el fenómeno”.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos en México también tiene cifras aterradoras. Tan solo en 2013 —citando al Foro de Viena para combatir la trata de personas— esta actividad ilícita generaba entre US$ 32 y US$ 36.000 millones anuales y estimaba que entre dos y cuatro millones de personas cada año caían en las redes de este delito, y de estas aproximadamente 800.000 eran trasladadas a través de las diferentes fronteras en 2013. El Foro de Viena es una iniciativa de las Naciones Unidas.

México «tiene una situación muy compleja» con la trata de personas

Como ocurre en Tijuana, una ciudad mexicana fronteriza con California. De ahí su relevancia en esta ruta de tráfico que se origina en Centroamérica. «Baja California —y en particular Tijuana— es un lugar de origen, tránsito y destino de la trata de personas. Entonces es un crimen que va en aumento. ¿Por qué? Porque a diferencia de una droga, que la vendes una vez, a un ser humano lo puedes vender 15 o 20 veces en un día. Es un crimen muy lucrativo y necesitamos levantar la voz, hablar más de este tema porque es algo que no se oye, que no se menciona, que no es de agenda política; sin embargo, es algo a lo que sí deberíamos darle la importancia que merece», aseguró a CNN Alma Tucker, coordinadora de la Red Binacional de Corazones A.C.

De acuerdo con el informe anual del Departamento de Estados Unidos sobre la trata de personas 2020, la mayoría de las víctimas extranjeras proviene de Centroamérica —también de Sudamérica—, principalmente de El Salvador, Guatemala, Honduras y Venezuela. ¿El paso obligado antes de llegar a Estados Unidos?, México. «México tiene una situación muy compleja. Por su condición geográfica es un país de origen, tránsito y de destino de trata de personas. Yo me atrevería a decir incluso que es un país de retorno de víctimas, también por su posición geográfica. México, a diferencia de los países de Centroamérica —y esto lo comparte con Estados Unidos— tiene un gobierno federal y esto representa un reto importante, porque la ley dice que nosotros tenemos que coordinarnos con los estados y que en los estados tienen también que funcionar estos mecanismos de coordinación”, dijo a CNN Ana Isabel Flor Mayor, directora adjunta de Atención de Víctimas del Delito en la Secretaría de Gobernación de México.

«Es importante que la gente sepa» que la trata de personas existe

A pesar de que los países que integran esta ruta poseen leyes que castigan este delito, para muchas voces involucradas en el tema —y para las mismas víctimas— falta mucho por hacer. «Las jóvenes que están siendo víctimas no demandan porque tienen clientes que son diputados, que son policías, que son jueces», asegura Sara, sobreviviente de trata. Para Patricia, otra sobreviviente, se debe hablar claramente: «Es importante que la gente sepa que este problema existe, que la gente sepa que en pleno siglo XXI estamos viviendo una esclavitud moderna», dijo a CNN.

La historia de Diana al dejar su Honduras natal tiene un final afortunado: ella se armó de valor, escapó de sus explotadores y finalmente se estableció en Ciudad Juárez, México, donde logró hacer una vida. Pero no todo todos logran salir. Muchos mueren en el silencio y en la impunidad. Por ello, es que autoridades y grupos defensores exigen castigos más severos, y también que las víctimas denuncien para que no sean una estadística más.

*Con información de CNN

Archivo CA

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