Europa tendrá un billonario plan de reconstrucción tras la crisis del coronavirus

Europa se enfrenta a una contracción económica inédita. La cumbre europea de este jueves arrancó con los dirigentes nacionales escuchando la advertencia de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.

La francesa les dijo que el bloque puede ver este año, en el peor escenario, una recesión del 15% del su PBI. Su peor año hasta ahora fue 2009, cuando el producto europeo cayó un 4,3%.

El impacto económico de las medidas para frenar el virus, que ya ha dejado en Europa más de 100.000 muertos, empieza a poner de acuerdo a los dirigentes europeos. La cumbre de este jueves anunció su visto bueno a la creación, adosado al presupuesto comunitario, de un fondo que puede sumar entre 1,5 y 2 billones de euros.

Los 27 están de acuerdo en los principios esenciales del plan y esperarán ahora a que la Comisión Europea los detalle el próximo 6 de mayo. Su presidenta, la alemana Úrsula Von der Leyen, dijo ayer que movilizará “billones” y que el paquete se hará con “un equilibrio inteligente” entre préstamos y ayudas directas a fondo perdido.

Lagarde les repitió que el riesgo ahora es el de “hacer demasiado poco y demasiado tarde”. Alemania también está ya en la misma línea. Angela Merkel dio su visto bueno a la idea y advirtió a su Parlamento que estaba dispuesta a aumentar “considerablemente” su contribución a los presupuestos europeos y que el fondo de reconstrucción debía ser “enorme”.

La idea es relativamente sencilla y surge de un plan español presentado por su ministra de Finanzas Nadia Calviño, ex directora general de presupuestos de la Comisión Europea.

Calviño propuso –y la Comisión Europea aceptó en parte- aumentar el techo de gasto del presupuesto de la UE desde el actual 1,2% del PBI europeo hasta el 2%. Ese aumento permitiría lanzar una emisión de deuda por valor de 323.000 millones de euros, la mayor de la historia de la UE. Los vencimientos a muy largo plazo y a un interés que puede no llegar ni al 1% anual porque la UE tiene la máxima calificación crediticia, permitirían movilizar un mínimo de 1,5 billones de euros, dos billones en el mejor escenario.

Esos fondos se repartirían a los Estados miembros de dos formas. Con préstamos a intereses muy bajos y con ayudas directas a fondo perdido. Muchos analistas empiezan a advertir que no habrá demanda suficiente si todo se limita a préstamos. Gregory Claeys, de Bruegel, explicó que “dada la profundidad de la recesión necesitaremos política fiscal, gasto, para alimentar directamente la demanda agregada en la primera fase de la recuperación”. La Comisión Europea debe trabajar ahora para encontrar ese “equilibrio inteligente” entre ayudas directas y préstamos.

El instrumento trata de evitar lo sucedido tras la crisis financiera de la pasada década, cuando algunos países salieron de la misma con un brutal aumento de deuda pública. Los países del sur no quieren engordar mucho más sus deudas y los del norte no quieren entregar muchas más ayudas directas. Pero no todo es negro y blanco y en esos grises Von Der Leyen deberá encontrar el equilibrio.

Al norte le interesa mantener un mercado común potente y en el sur hay países como Italia que son contribuyentes netos al presupuesto europeo. O como España, que por el efecto estadístico de la salida británica, podría serlo en pocos años.

La propuesta busca también que no se produzcan diferencias muy grandes entre las ayudas que cada país puede dar a sus empresas después de haberse flexibilizado la normativa de control de ayudas de Estado. La estabilidad del mercado común es de interés primordial para los países del norte, los grandes beneficiarios del mismo.

Los dirigentes también dieron su visto bueno a los planes aprobados ya por sus ministros de Finanzas, que movilizarán 540.000 millones de euros: 200.000 del Banco Europeo de Inversiones para prestar a pymes, 240.000 para prestar a través del fondo de rescates pero sin obligación de ajustes y 100.000 para respaldar el gasto de los planes de desempleo temporal.

Además, el Banco Central Europeo tiene, sólo para este año, 1,1 billones de euros para comprar emisiones de deuda pública y privada sin apenas limitaciones después de que en las últimas semanas decidiera que se saltará su norma de no comprar más de un tercio de cada emisión y este miércoles anunciara que los Tesoros nacionales podrán usar como colateral todos sus bonos, aún los calificados como “basura” por las agencias de calificación de deuda.

La suma de los planes ya aprobados, de los fondos movilizados por el Banco Central Europeo y del dinero que pude movilizar el futuro fondo de reconstrucción puede sumar aproximadamente 3,5 billones de euros, el equivalente al 25% del PIB de la UE.

España, según fuentes de su gobierno, pidió que Europa piense en sus vecinos. Madrid insistió en que se avance en la moratoria del pago de la deuda de los países en desarrollo que se discute en el marco del G20 y que el FMI les facilite liquidez. También pidió España una “mirada especial” para América Latina.

Archivo CA

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