Familia Biden anuncia la muerte de su «amado» pastor alemán

La familia Biden anunció este sábado que Champ, su «amado pastor alemán» que estuvo con la familia desde 2008, había muerto.

Champ falleció en la casa de la familia Biden en Wilmington, Delaware, dijo a CNN un funcionario de la Casa Blanca.

«Sentimos tristeza hoy y les dejamos saber a todos que nuestro amado pastor alemán, Champ, falleció pacíficamente en casa», comentaron  el presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden en un comunicado. «Fue nuestro compañero constante y querido durante los últimos 13 años y fue adorado por toda la familia Biden».

Los Biden agregaron: «Nada le gustaba más que acurrucarse a nuestros pies frente al fuego al final del día, unirse a nosotros como una presencia reconfortante en las reuniones o tomar el sol en el jardín de la Casa Blanca. En su juventud, era más que feliz al perseguir pelotas de golf en el jardín delantero del Observatorio Naval o al correr para perseguir a nuestros nietos mientras corrían por nuestro patio trasero en Delaware».

El presidente Joe Biden acaricia al perro de la familia Champ en la Oficina Oval de la Casa Blanca el miércoles 24 de febrero de 2021.

Champ se unió a la familia Biden durante la transición presidencial en diciembre de 2008, semanas después de que Biden se convirtiera en vicepresidente electo. Champ, dijeron los Biden el sábado, estuvo con la familia durante sus «momentos más felices» y «los días más dolorosos».

En los últimos meses, la salud de Champ había empeorado, debido a su avanzada edad.

El pastor alemán tenía un mes cuando Biden lo escogió de la camada de un criador en Spring City, Pennsylvania. La adquisición de Champ fue una promesa cumplida por Jill Biden, quien dijo que su esposo podría tener un perro si él y Barack Obama ganaban las elecciones presidenciales.

Durante las vacaciones de 2008, los nietos de Biden ayudaron a nombrar al nuevo cachorro Champ, un homenaje al apodo que el padre de Joe Biden puso a su hijo, según la secretaria de prensa de Biden en ese momento.

Biden ha tenido una larga relación con la raza, y en una entrevista que ocurrió poco después de conseguir Champ, dijo: «He tenido pastores alemanes desde que era un niño».

Los Biden también tienen otro pastor alemán llamado Major, un cachorro de 3 años que adoptaron en noviembre de 2018 de la Asociación Protectora de Animales de Delaware. Biden dijo a los periodistas a principios este año que había adoptado a Major en parte como compañero para Champ, con el fin de mantenerlo ocupado y activo.

Los dos perros aparecieron en los anuncios de la campaña presidencial 2020 de Biden. Menos de una semana después de su posesión, Biden restauró la tradición presidencial de traer mascotas a la Casa Blanca al trasladar a Champ y a Major con ellos.

«Champ está disfrutando de su nueva cama para perros junto a la chimenea, y a Major le encantó correr por el jardín sur», le dijo a CNN el secretario de prensa de la primera dama, Michael LaRosa, en ese momento.

Este año, los perros pasaron un breve tiempo en Delaware luego de un incidente que involucró a Major, pero regresaron a Washington a fines de marzo.

Jill Biden señaló durante una aparición en febrero en el programa de entrevistas de Kelly Clarkson que lograr que Champ y Major se aclimataran a vivir en la Casa Blanca era algo en lo que estaba enfocada.

«Tienen que tomar el ascensor, no están acostumbrados a eso, y tienen que salir al jardín sur con mucha gente mirándolos», agregó la primera dama. «Así que eso es lo que me ha obsesionado, lograr que todos se sientan cómodos y tranquilos».

Biden le dijo a Clarkson que la compañía de los perros era constante.

«Les gusta estar donde sea que estemos. Incluso si mi puerta está cerrada, están sentados justo afuera de la puerta como, ‘¡Déjame entrar! ¡Déjame entrar!’», comentó.

Fue un sentimiento que hizo eco en la declaración de este sábado del presidente y la primera dama, quienes señalaron: «Incluso cuando la fuerza de Champ disminuyó en sus últimos meses, cada vez que entrábamos a una habitación, inmediatamente se levantaba, su cola siempre meneaba y nos acariciaba con la nariz para que le rascáramos la oreja o para obtener un masaje en la barriga. Dondequiera que estuviéramos, él quería estar, y todo era instantáneamente mejor cuando estuvo a nuestro lado».

«Amamos a nuestro dulce buen chico y siempre lo extrañaremos», agregaron.

 

*Con información de CNÑ

Archivo CA

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