Espionaje, un punto crítico cada vez mayor en los lazos entre EE.UU y China

Por segunda vez este año, las preocupaciones de que los chinos espíen a Estados Unidos han ensombrecido una visita planeada a China por parte del principal diplomático de EE.UU.

Se espera que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, aterrice en Beijing durante el fin de semana tras el aplazamiento de su viaje anterior planeado para febrero después de que un globo de vigilancia chino deambulara por el territorio continental de EE.UU., sobrevolando sitios militares sensibles antes de ser derribado por un avión estadounidense de combate.

Pero con Blinken a punto de hacer un viaje considerado como un paso clave para reparar las comunicaciones fracturadas entre EE.UU. y China, otra controversia de espionaje ha estallado en los últimos días luego de los informes de medios de que China había llegado a un acuerdo para construir una posición de espionaje en Cuba.

Beijing dijo que no estaba “al tanto” de la situación, mientras que la Casa Blanca dijo que los informes no eran preciosos. A principios de esta semana, Blinken dijo que China mejoró sus instalaciones de espionaje allí en 2019.

La situación es solo la última en una serie de acusaciones de espionaje entre los dos en los últimos meses. Subrayan cómo la recopilación de inteligencia, una actividad destinada a continuar sin ser detectada, fuera del ojo público, se está convirtiendo en un punto crítico cada vez más destacado en la relación entre Estados Unidos y China.

El director de la CIA, Bill Burns, viajó en secreto a China en mayo para reunirse con sus homólogos y enfatizar la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación en los canales de inteligencia.

“Podría decirse que las comunicaciones de crisis se encuentran en su peor estado desde 1979. Esto pone en valor la capacidad de ambos países para recopilar inteligencia para comprender las capacidades, acciones e intenciones estratégicas de cada uno en todo el mundo”, dijo Lyle Morris, investigador principal del Centro de Análisis de China del Asia Society Policy Institute.

Eso hace que la recopilación de inteligencia se convierta en “otro factor que complica las relaciones entre Estados Unidos y China”, agregó Morris.

Ese es especialmente el caso, dicen los expertos, ya que China continúa expandiendo sus propias capacidades de recopilación de inteligencia, poniéndose al día en un área en la que Estados Unidos tradicionalmente ha tenido una ventaja.

“Es justo decir que nos hemos estado espiando unos a otros en varias escalas durante mucho tiempo”, dijo el ex analista de China de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Christopher Johnson.

“Sin duda hubo un repunte en ambos lados, pero probablemente más en el lado chino, simplemente porque se han vuelto más grandes, más influyentes, más ricos y, por lo tanto, tienen más recursos para dedicar que en el pasado”, dijo Johnson, quien ahora es presidente de la consultora China Strategies Group.

El juego de espionaje de China

El líder chino Xi Jinping también ha seguido una política exterior mucho más asertiva que sus predecesores durante su última década en el poder.

Eso ha ido acompañado de “un énfasis constante en mejorar las capacidades de inteligencia, modernizar la tecnología e impulsar la coordinación entre las diferentes agencias de seguridad”, según Xuezhi Guo, profesor de ciencias políticas en Guilford College en EE.UU.

Las principales actividades de inteligencia de China se encuentran bajo los departamentos del Ejército Popular de Liberación y su vasta agencia civil conocida como Ministerio de Seguridad del Estado (MSS). Otros brazos del aparato del Partido Comunista también juegan un papel en actividades más allá de la recopilación de inteligencia convencional, dicen los expertos.

El MSS, establecido en 1983, supervisa la inteligencia y la contrainteligencia tanto dentro de China como en el extranjero. Su competencia ha alentado analogías con una CIA y una Oficina Federal de Inteligencia combinadas. Pero el extenso MSS con sede en Beijing es aún más reservado, sin siquiera un sitio web público que describa sus actividades.

Se espera que la agencia “desempeñe un papel aún más importante en la seguridad y estabilidad interna e internacional de China” en los próximos años, en medio de crecientes desafíos en el país y en el extranjero.

En el contexto tanto de la creciente influencia de China como de las fricciones geopolíticas, los expertos dicen que no sorprende que Beijing supuestamente busque establecer o expandir instalaciones de vigilancia en Cuba, u otros lugares del mundo, con EE.UU. como objetivo clave, pero no el sólo uno.

Mientras tanto, la recopilación de inteligencia en China se ha vuelto más difícil.

Xi ha consolidado su poder y se ha enfocado cada vez más en la seguridad, lo que incluye desarrollar la capacidad del Estado para monitorear a sus ciudadanos, tanto en línea como a través de la extensa infraestructura de vigilancia de China.

“La tarea de recopilar inteligencia en China es posiblemente más difícil que nunca y, sin embargo, más necesaria que nunca”, dijo Johnson, el exanalista, señalando los desafíos de obtener información sobre el gobierno bajo el liderazgo centralizado de Xi, quien mantiene un “círculo muy pequeño de conocimiento o confianza”.

Mariana Martinez

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