En medio del caos, Roma y Milán chocan por la asistencia sanitaria

Milán versus Roma. En medio de una situación cada vez más apocalíptica, con cifras récord de muertos y contagiados en un solo día -ayer se registraron 368 fallecidos más en 24 horas, elevando el número total a 1809 y con 2853 casos más, lo que hizo trepar el total de infectados a 24.747-, aunque el país se encuentra blindado y unido en contra de un enemigo común e invisible, el coronavirus, crece también el enfrentamiento entre Milán, la capital financiera de Italia y epicentro del brote, y Roma, la capital gubernamental.

El gobernador de Lombardía, Attilio Fontana, desde hace días denuncia desesperadamente a la Protección Civil y al gobierno del primer ministro Giuseppe Conte porque no le llega ayuda concreta esencial. “Tenemos una necesidad urgente de respiradores, sin los cuales no podemos montar terapias intensivas en los hospitales de campo”, clamó Fontana.

La mayoría de los muertos (1218) tuvieron lugar en Lombardía, donde de los más de 10.000 contagiados que hay allí, 1518 se encuentran en terapia intensiva; 8372, internados con síntomas, y 7860, en aislamiento domiciliario, según datos de la Protección Civil.

Fontana está intentando montar un hospital de campaña con 400 lugares de terapia intensiva en la Feria de Milán. Se trata de un enorme espacio que “en cinco o siete días” podría comenzar a funcionar, siempre y cuando lleguen los respiradores. Es algo urgente, porque ya no hay camas de terapia intensiva en Lombardía, incluso 40 pacientes fueron trasladadas a otras regiones.

“Estamos tratando de conseguir respiradores también en forma autónoma”, indicó Fontana, de la derechista Liga, en la oposición, que explicó que estaba pidiéndole ayuda a “todo el mundo” y que anteayer acusó a la Protección Civil de no mantener sus promesas.

Más allá de la falta de ventiladores, anteayer estalló entre Milán y Roma otra polémica, esta vez por la calidad de los barbijos que había enviado el gobierno. “La Protección Civil nos mandó el peor material posible, no en el nivel previsto para una pandemia”, denunció Davide Caparini, asesor regional, también de la Liga. En coincidencia, Giulio Gallera, asesor de sanidad, comparó los barbijos enviados con “trapos como para limpiar el piso menos sólidos que el papel higiénico”.

Esas declaraciones hicieron tanto ruido en un momento tan sensible que ayer se prefirió calmar las aguas. “En este momento debemos luchar juntos, me disculpo si hubo polémicas, no es el momento de controversias, sino de actuar. Le pido a la Protección Civil un esfuerzo mayor para mejorar nuestra situación hospitalaria. Debemos ayudar a los ciudadanos, debemos reaccionar”, dijo Fontana, en un tono más conciliador.

En otro hecho que dejó claro cierto enfrentamiento, Fontana hizo saber que tomó como “consultor personal” extraordinario para enfrentar la emergencia a Guido Bertolaso, exjefe de la Protección Civil y hombre muy carismático, famoso por manejar diversas catástrofes en el pasado.

En la conferencia de prensa cotidiana de la Protección Civil en la que se da el “parte de guerra”, en Roma, su titular, Angelo Borrelli, fue consultado por la designación de Bertolaso y, sobre este punto, se mostró muy diplomático. Prefirió no entrar en la controversia y recordó que había sido uno de sus “grandes maestros”.

Por otro lado, a la hora de dar los números, al margen de informar que “lamentablemente” se había registrado un récord de muertos y nuevos casos, Borrelli consignó que también aumentó la cifra de personas curadas, que subió a 2335, 369 más que la víspera. Un dato positivo en medio de la alarma generalizada de un país en cuarentena, asustado, paralizado y lleno de incertidumbre por lo que vendrá.

Archivo CA

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