La Fiscalía de Delitos Económicos y agentes policiales realizan este 11 de febrero una serie de allanamientos en Quetzaltenango por supuestos hechos de defraudación tributaria.
Durante allanamientos en #Quetzaltenango fiscales con auditores de @SATGT localizan documentación contable que será secuestrada pic.twitter.com/Nnq15wYTmk
— MP de Guatemala (@MPguatemala) February 11, 2017
Las pesquisas se producen luego de una denuncia presentada ante la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), en ella se determinó la posible defraudación de Q14 millones 930 mil 091.09 de la empresa Grupo Inmobiliaria de Occidente S.A. al no pagar los impuestos correspondientes. Actualmente la cifra defraudada supera los Q46 millones debido a las multas, la inmobiliaria funciona en las instalaciones de la Iglesia Bethania, donde el pasado viernes 10 de febrero, se vio celebrando una festividad religiosa al mandatario Jimmy Morales.
Byron Buanerges Sales Curiel Representante Legal y Gerente General de la inmobiliaria, fue detenido el pasado 10 de febrero por la noche, en la vía pública de Quetzaltenango. Ministerio Público confirmó que existe una captura pendiente de efectuar contrapara Efraín Roderico Avelar Díaz, administrador único y representante legal, quien no fue encontrado en su domicilio.
El trabajo conjunto d @SATGT y @MPguatemala rinden frutos en este caso d defraudaciónSe obtiene información importante d empresas vinculadas
— Adrián Zapata A. (@zapataadr) February 11, 2017
La defraudación se habría producido durante los años 2008 y 2009 al efectuar la compraventa de lotes en Quetzaltenango con un precio superior al declarado en las facturas y en el Registro de la Propiedad, la Inmobiliaria también fungía como constructora de casa y percibió ingreso que tampoco reporto a la SAT.

Forma de operar
Grupo Inmobiliario de Occidente realizó en residenciales Valle de las Rosas y Valle de las Gardenias en Quetzaltenango la compraventa de lotes por Q50 mil, con depósitos en cuentas bancarias a favor de la empresa. Entregando facturas a sus compradores por Q. 1 mil inscribiéndolos con la misma cantidad ante el Registro de la Propiedad.
Luego ofrecía los servicios de la constructora sin emitir recibos, logrando ocultar los verdaderos ingresos.